19 de abril de 2011

Análisis de la inter y multidisciplinariedad del turismo: definiendo al turismo


Es evidente que del turismo todos tenemos una forma de definirlo, incluso entre los profesionales del turismo hay discrepancias, al respecto Jiménez (2005) afirma que la falta de definiciones universalmente aceptadas por la comunidad turística ha sido una de las principales razones que han impedido visualizar con claridad los perfiles del fenómeno, situación que ha tenido impacto en la forma en que los abordamos y comprendemos.

El turismo ha sido conceptualizado por diferentes autores y de diferentes maneras (Tribe, 1997), por ello Gurría Di Bella afirma que “el turismo es una abstracción, un concepto del cual todos tenemos distintas interpretaciones. Por esta razón existe gran variedad de definiciones, algunas muy diferentes entre sí, según sea el enfoque que se le dé al concepto, o bien el ámbito de formación o trabajo de quien las formula” (2001: 13), situación que genera mayor complejidad para entender al turismo.

Las diferentes definiciones que existen actualmente sobre el turismo se han elaborado con base en principios básicos de distintas disciplinas, por ello se han diversificado los criterios para “entenderlo”, ampliándose la disponibilidad de bases teóricas para “conceptualizarlo” de manera integral, aunque la existencia de esa disponibilidad no quiere decir que se esté en posibilidad de conceptualizarlo como una ciencia, tal y como lo sugiere Jafar Jafari en su Cientifización del turismo (2005).

La diversidad de planteamientos conceptuales en torno al turismo han impedido la generación de un marco teórico homogéneo que permita entender y diferenciar los problemas turísticos de los que no lo son. Sólo ha sido posible hablar del aspecto económico del turismo desde la economía y del turismo mismo –o lo que se alcanza a entender desde el turismo-, del impacto sociocultural desde la sociología y del turismo mismo también, debido a que se ha dicho que los que estudiamos al turismo tenemos herramientas de otras disciplinas para entender al fenómeno del turismo. Pero, y los que estudiamos al turismo qué decimos del turismo.
 
Estudiar lo turístico desde el turismo implica reconocer que el turismo tiene un método propio para estudiar sus propias problemáticas, sin embargo, es sabido que los que estudiamos al turismo nos apoyamos en la riqueza de las teorías y de los métodos de distintas disciplinas principalmente sociales tales como la antropología, ecología, economía, geografía, historia, ciencias políticas, psicología y sociología (Graburn y Jafari, 1991) y de otras que, aunque no son disciplinas como tal sino campos de estudio de otras (Tribe, 1997), tienen una relación con el turismo, por ejemplo, la administración, la mercadotecnia, el ocio y la recreación (Graburn y Jafari, 1991).

Debe aclararse que aunque el turismo impacta en varias esferas de la vida humana, se han privilegiado o enaltecido los aspectos económico y comercial, toda vez que se le ha visto como una palanca de desarrollo para los países del “tercer mundo”, un instrumento que genera riqueza para las economías de muchas naciones (Ortuño, 1983). Esta situación si bien ha aplicado en muchas partes del mundo en otros ha sido sólo una utopía, una falso mesías, por ello la economía se ha encargado de brindar la mayor cantidad de aportes “teórico-conceptuales” para el estudio del turismo, de ahí que hoy en día conozcamos los términos demanda y oferta turísticas, mercado turístico, producto turístico.

Los aspectos social y antropológico del turismo no han quedado exentos de la situación anterior, por ello se han acuñado términos tales como sujeto del turismo, rol o actor del turismo, entre otros.

La sola intervención de las distintas disciplinas en lo que tiene que ver con el turismo ha hecho que se construyen conceptos que hagan referencia a lo turístico, por ejemplo, la geografía turística, piscología turística, política turística, legislación turística, entre otros. Sin embargo el “adjetivo turístico” ha funcionado para explicar una relación entre la geografía y el turismo, la psicología y el turismo, que si bien no son “disciplinas turísticas” (Jennings, 2004) por carecer de fundamentos epistemológicos, han permeado en la formación de los profesionales del turismo. Por ello el calificativo turístico debe representar la totalidad del sustantivo turismo y no la parcialidad que representan las definiciones antes mencionadas (Monterrubio y Colín, 2009).

El turismo al ser un fenómeno complejo y humano (Tribe, 1997), requiere de la convergencia de muchas disciplinas, pero no sólo en el sentido sumativo o aditivo, sino más bien en el sentido de que todas las disciplinas participantes se enriquezcan con la aportación de todas (interdisciplinariedad), es decir, entender al turismo como un fenómeno que impacta en diferentes áreas de la vida del ser humano, individual y colectivamente. Por ejemplo, si el turismo genera impactos económicos positivos en determinada región, dichos impactos también generará impactos positivos y negativos en el ámbito social, lo que requiere de la convergencia tanto de la economía como de la sociología.

Por lo anterior es importante reconocer la importancia que tiene la revisión de la construcción del conocimiento del turismo con base en las configuraciones económicas, sociales (Guevara, Molina y Tresserras, 2005) así como políticas y ambientales, es decir, reconocer que el turismo al ser un fenómeno que se define en función del contexto en el que se desenvuelve requiere de un estudio integral, y por lo tanto de la coexistencia de muchos acercamientos disciplinarios y teorías científicas (Guevara, et al, 2005).

Así entonces, el turismo debe reconocerse como un objeto de estudio para muchas disciplinas, sin que eso signifique que las disciplinas deban de apropiarse del objeto y tener la “exclusividad” del conocimiento turístico.

Por lo anterior la formación en turismo tiene un sentido, y ese sentido es el hecho de comprender, explicar y fundamentar el conocimiento turístico pero desde una visión integral y no limitarlo a una sola disciplina o conjunto de ellas por separado (multidisciplinariedad). La pregunta que plantea Castillo al respecto confirma lo anterior al insistir en la importancia de la educación formal del turismo, “¿qué sentido tendrían los estudios turísticos y la formación de estudiantes en este campo de conocimiento si otras áreas y otros egresados tienen un mayor dominio en contenidos curriculares de tipo social, antropológico, psicológico o económico y administrativo para operar a la actividad turística?”(2005: 230).

Definitivamente lo anterior para nadie es un secreto, sin embargo, la trascendencia del cuestionamiento de Castillo radica en la necesidad de empezar (o continuar) con la construcción del conocimiento del turismo pero desde una visión interdisciplinaria o híbrida Castillo (2010), que rebase a la tradición multidisciplinaria para evitar caer en reduccionismos (Panosso, 2008), de forma tal que el estudio del turismo se haga de manera integral, que considere no sólo una parte de sus manifestaciones, sino la complejidad que guarda en sí mismo por ser una actividad cien por ciento humana.

La existencia de un amplio bagaje conceptual del turismo desde las distintas áreas sociales del conocimiento, no posibilita la existencia o el status del turismo como ciencia tal y como lo afirma con optimismo Jafari (2005).

Desde un punto de vista personal, será muy difícil que el turismo se convierta en una disciplina científica, debido a que carece de bases para convertirse en una (Cooper, Fletcher, Gilbert y Wanhill, 1997), además para su estudio siempre será necesario recurrir a los métodos y teorías de otras áreas, también deberá contar con un marco teórico sólido (Tribe, 1997) y bien fundamentado de tal forma que pueda sostener investigaciones totalmente turísticas que atiendan a la especificidad de lo turístico.

El marco teórico metodológico en el turismo deberá contar con hipótesis, teoremas, axiomas y leyes (Castillo, 2011) que expliquen cabalmente los fenómenos propios del turismo, situación que de existir, se estará en posibilidad de afirmar que el turismo es una ciencia. No obstante aún estamos lejos de ese escenario.

Lo que se debe reconocer e insistir es la necesidad del abordaje interdisciplinario del turismo incluso en la transdisciplinariedad. Aunado a lo anterior deberá evitarse caer en parcialidades propias de las distintas disciplinas, ya que a decir de Panosso (2008) muchos “estudiosos” del turismo consciente o inconscientemente tienden a reducir el estudio del turismo a sus áreas respectivas.

Quienes estudiamos al turismo no podemos ni debemos limitarnos a los planteamientos de las distintas disciplinas, más bien lo que podemos hacer es hacer uso de las aportaciones disciplinarias en torno al turismo, de forma tal que se esté en posibilidades de replantear el significado de lo turístico.

La idea del estudio del turismo debe atender a la interdisciplinariedad o hibridación para que el fenómeno deje de ser estudiado y “avalado” sólo por unas cuantas disciplinas que afirman tener aquel marco teórico metodológico del turismo.

Hablar del turismo como fenómeno obliga a la comprensión de éste como un objeto de estudio totalmente humano, cuyos efectos se perciben en diferentes aspectos de la vida colectiva del hombre, por ello, se requiere de la intersección de disciplinas en diferentes niveles de articulación que lo estudien de manera integral.

Alumno: L. en T. Javier Pérez Díaz
Universidad Autónoma del Estado de México
Especialidad “Docencia en Turismo”

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